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La Noche de las Disquerías, una ocasión para recuperar el amor por los discos




El año pasado la industria discográfica argentina sufrió un quiebre. Por primera vez, las ventas digitales superaron a las físicas, es decir que fue más la gente que consumió música por Internet que la que se compró un disco en la disquería. Para ponerlo en cifras: la música digital pasó de representar en 2011 el 25% de las ventas de música grabada en el país al 40% en 2016, mientras que la venta de discos en el mismo período bajó del 66% al 26%.

Es en este contexto que el jueves 9 de noviembre se realizará la 9º edición de la Noche de las Disquerías en la Ciudad de Buenos Aires, en la que más de cuarenta y cinco locales ofrecerán descuentos y actividades especiales libres y gratuitas a todos los que se acerquen a hurgar en sus bateas. Organizada por la Cámara Argentina de Productores de Fonogramas y Videogramas (CAPIF), el año pasado reunió entre 35 y 40 mil personas.

Inspirada en el Record Store Day norteamericano, el objetivo de esta acción anual es recuperar la disquería como espacio cultural, en donde la gente pase horas revisando los discos para descubrir cosas nuevas. En los Estados Unidos incluso se lanzan ediciones limitadas especialmente para la ocasión, piezas para coleccionistas que se vuelven rápidamente inconseguibles.

¿Cómo tentar con un CD o un LP a quien escucha música en Spotify? Las disquerías se preparan para ofrecer descuentos que van desde el 20% al 50%, pero también esperan que el encuentro con músicos motive al público a experimentar con discos que nunca escucharon. "Ese día la gente es más permeable a la recomendación", explica Cecilia Sívori, vocera de CAPIF, aunque también admite que la mayor parte se lleva discos que compraron en el pasado, pero que perdieron o prestaron.

Durante la Noche de las Disquerías, la música que suena en los locales no es sólo la última novedad o la selección del disquero, sino que muchos van a tener bandas en vivo (este año participan Richard Coleman, Lidia Borda, El Soldado y Abril Sosa, entre otros), DJ Sets y música curada por artistas y periodistas musicales, muchos de los cuales estarán allí para dar recomendaciones.

A pesar de que el soporte físico viene perdiendo terreno en el mercado, en la Noche de las Disquerías muchas tiendas venden tres veces más que un día común, "es como una segunda Navidad", agrega Sívori. El resto del año, subsisten gracias a los melómanos que no piensan abandonar su colección.
Muchos disqueros, como Alice Bianchi de RGS, la mítica disquería de Villa Crespo que lleva 50 años en el mercado y que resistió a las grandes cadenas que se instalaron en el barrio, creen que el vinilo aumentó sus ventas porque se abrió a las nuevas generaciones que se criaron con el CD. "Sigue siendo un nicho, pero en los últimos años amplió su franja etaria", explica Bianchi. RGS sigue manteniendo un catálogo importante de discos compactos, que todavía representan el 90% de las ventas físicas.

Además de la música digital, las disquerías hoy deben competir con un nuevo actor que apareció en el rubro en los últimos años: las disquerías virtuales. Las distribuidoras y los sellos ya no venden exclusivamente a los comercios, sino a particulares que venden discos a través de tiendas online y redes sociales. Al no tener un local a la calle ni empleados, pueden vender a precios más bajos, pero la experiencia de compra es completamente diferente, ya que la atención no es tan personalizada y, desde ya, no hay bateas que revolver, uno de los pasatiempos favoritos de los amantes de los discos.
Como dijo el escritor Nick Hornby (autor de Alta Fidelidad, la novela más melómana de la historia) en ediciones pasadas del Record Store Day americano: "Es más fácil y barato descargar música. Pero, ¿qué está sonando en tu tienda digital favorita cuando entras en ella? Nada. ¿A quién vas a encontrar allí? A nadie. ¿Dónde están las carteleras que ofrecen vacantes para integrar bandas que se harán mundialmente famosas? ¿Quién te va a decir que dejes de escuchar algo y empieces a prestarle atención a otras cosas nuevas? Adelante, ahórrate unas monedas. Ese ahorro te va a costar una carrera, buenos amigos, el gusto musical y, eventualmente, tu alma. Las disquerías no van a salvarte la vida, pero pueden mejorarla".

Mantener vivas a las disquerías es tarea de todos los que participan de la cadena de producción musical, desde el músico hasta el consumidor. Por eso, el 9 de noviembre es el momento ideal para apoyar a las tiendas de discos, ir a buscar ese álbum que tanto amamos —porque todos tenemos uno que queremos tener en casa para escuchar en continuado— y no perder la oportunidad de dejarse llevar por el que más sabe, el disquero amigo.

Fuente: Infobae

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